Etapas de la digestión




La digestión está dividida en cuatro procesos separados:
  • Ingestión: entrada de alimento al aparato digestivo.
  • Digestión propiamente dicha: conversión de los alimentos en nutrientes. Implica procesos mecánicos y químicos.
  • Absorción: movimiento de los nutrientes desde el sistema digestivo hasta los capilares circulatorios y linfáticos.
  • Egestión o defecación: remoción de materiales no digeridos del tracto digestivo a través de la defecación o la regurgitación.
Un proceso subyacente es el movimiento muscular a través del sistema, deglución y peristaltismo.

Órgano
es una agrupación de diversos tejidos que forman una unidad estructural encargada del cumplimiento de una función determinada en el seno de un organismo pluricelular. Dentro de la complejidad biológica los órganos se encuentran en un nivel de organización biológica superior a los tejidos e inferior al de sistema.
En biología celular, un orgánulo (diminutivo de órgano) es una estructura o compartimento sub-celular, análoga a los órganos de seres vivos pluricelulares, que desempeña una función concreta.

Enzimas ( Secreción de las glándulas)
Las glándulas salivales en diversas especies biológicas son glándulas exocrinas en el sistema digestivo superior que producen la saliva que vierten en la cavidad oral.
La saliva es un líquido incoloro de consistencia acuosa o mucosa, que contiene proteínas, glucoproteínas, hidratos de carbono y electrólitos, células epiteliales descamadas y leucocitos. Su función, entre otras, es iniciar la digestión de los alimentos al humedecerlos para ayudar en el proceso de masticar y deglución, y contiene enzimas que comienzan el proceso de digestión de carbohidratos y grasas.


Digestión
Ingestión

Digestión Mecanica

Fuera de la boca hay muy poca digestión mecánica. Los músculos del estómago, al expandirse y contraerse, realizan digestión mecánica, lo mismo que ocurre con los movimientos de la musculatura lisa del intestino. Los movimientos que se producen a lo largo del intestino durante la digestión se denomina peristaltismo. En estos movimientos intervienen dos grupos musculares simultáneamente: músculos circulares y músculos longitudinales. Se van contrayendo y relajando de forma alterna haciendo que el contenido del intestino vaya avanzando.

Digestión química

La digestión química son todos los procesos químicos que tienen lugar durante la digestión. Afectan a la estructura y composición química de los alimentos rompiéndolos y transformándolos en compuestos que pueden ser absorbidos y utilizados por el organismo.

La digestión química comienza en la boca por acción de la saliva. La saliva está compuesta en un 98% por agua y contiene enzimas que comienzan a digerir la comida tan pronto como es introducida en la boca. En el estómago la digestión química ocurre principalmente por acción de enzimas y del ácido clorhídrico (HCl). La combinación de las enzimas y el bajo pH que proporciona el ácido clorhídrico también ayuda matando a las bacterias y gérmenes que haya en la comida. La comida masticada y salivada que entra en el estómago se llama bolo alimenticio y se llama quimo cuándo sale de él y pasa al intestino transformado por acción del ácido clorhídrico y enzimas estomacales.
El quimo en el intestino recibe tres líquidos con enzimas que continuarán con su digestión química. Estos líquidos son la bilis, el jugo pancreático y enzimas secretados por la mucosa del intestino delgado. El quimo deja el intestino delgado y pasa al intestino grueso dónde se absorben la mayoría de nutrientes y agua. Los desechos son finalmente expulsados por el ano en forma de heces.

Absorción

El proceso de absorción de nutrientes se produce principalmente y con una extraordinaria eficacia a través de las paredes del intestino delgado, donde se absorbe la mayor parte del agua, alcohol, azúcares, minerales y vitaminas hidrosolubles así como los productos de digestión de proteínas, grasas e hidratos de carbono. Las vitaminas liposolubles se absorben junto con los ácidos grasos.
La absorción puede disminuir notablemente si se ingieren sustancias que aceleran la velocidad de tránsito intestinal, como la fibra dietética ingerida en grandes cantidades y los laxantes. Igualmente, la fibra y el ácido fítico pueden reducir la absorción de algunos minerales, como el hierro o el zinc, por ejemplo. En la enfermedad celíaca (o intolerancia al gluten), la destrucción de las vellosidades intestinales puede reducir significativamente la superficie de absorción.
En el intestino grueso, donde se reabsorbe una importante cantidad de agua del residuo que llega del intestino delgado, se almacenan las heces hasta ser excretadas por el ano. Las heces, además de los componentes no digeridos de los alimentos, contienen gran cantidad de restos celulares, consecuencia de la continua regeneración de la pared celular.
Una vez absorbidos los nutrientes son transportados por la sangre hasta las células en las que van a ser utilizados.
Los ácidos grasos que pasan a la pared intestinal son transformados inmediatamente en triglicéridos que serán transportados hasta la sangre por la linfa. La grasa puede ser transformada posteriormente en el hígado y finalmente se deposita en el tejido adiposo, una importante reserva de grasa y de energía.
Los hidratos de carbono en forma de monosacáridos pasan a la sangre y posteriormente al hígado desde donde pueden ser transportados como glucosa a todas las células del organismo para ser metabolizada y producir energía. La insulina es necesaria para la incorporación de la glucosa a las células. Los monosacáridos también pueden ser transformados en glucógeno, una fuente de energía fácilmente utilizable que se almacena en el hígado y en los músculos esqueléticos.
Los aminoácidos de las proteínas pasan igualmente a la sangre y de ésta al hígado. Posteriormente pueden pasar a la circulación general para formar parte del pool de aminoácidos, un importante reservorio que será utilizado para la síntesis de proteínas estructurales y enzimas. Los aminoácidos en exceso también pueden ser oxidados para producir energía.

Formación de haces Fecales

Absorción de organos


Después de haber pasado por el intestino delgado y grueso, el quimo ya es materia fecal, por lo que va a almacenarse en el colon para luego desecharse. Hay varias "válvulas" para mantener las heces hasta la hora de la defecación. Ya acumulada la materia suficiente, el sistema parasimpático relaja el esfínter interno del ano (involuntario), que va a traer como reflejo la constricción del esfínter externo (voluntario) y la tensión del músculo elevador del ano. Junto con ello viene la necesidad de defecar.
El músculo elevador del ano produce un ángulo entre el recto y el mencionado orificio, que es como cuando se dobla una manguera (se cierra el paso de la materia al cerrar el conducto). Al momento de defecar, el esfínter externo se relaja voluntariamente y el músculo elevador del ano se relaja dando lugar a un cambio de 90° a 15° entre el recto y ano. Esto permite la evacuación de las heces. Para todo esto, debe de haber algo que empuje, y es de lo que se encarga la presión intraabdominal. Al tensar los músculos de las paredes abdominales (pujar) se incrementa la presión abdominal y se termina evacuando.
La regulación se debe a la actuación de varios componentes del sistema nervioso. En un primer momento es el sistema nervioso entérico el que ante la distensión del recto por la llegada de las heces estimula los movimientos peristálticos en masa del intestino grueso. También se estimula al sistema parasimpático para la relajación del esfínter interno, a través del nervio sacro. Finalmente es la corteza cerebral de forma voluntaria a través de los nervios pudendos la que relaja el esfínter externo. Si conscientemente se reprime el reflejo de la defecación, las señales del parasimpático cesan, y no se repiten hasta que vuelvan a producirse más movimientos en masa, especialmente después de las comidas. Los animales que carecen de control voluntario tienen un reflejo gastrocólico.

Excrecion

es un proceso fisiológico, que le permite al organismo eliminar sustancias de desecho y tóxicas para el cuerpo, manteniendo así en equilibrio la composición de la sangre y otros fluidos corporales.

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